Las instituciones financieras mexicanas están adoptando diferentes estrategias para incrementar la competitividad en el entorno digital, ya sea a través de la creación de plataformas propias o asociándose con fintechs para implementar sus soluciones. Una prueba de ello es que durante el 2018 el gasto en TI del sector bancario en México fue de más de 1.500 millones de dólares, un 4,6% más que el año anterior.
¿Por qué este (no tan repentino) interés por la TI y la digitalización de procesos?
Hay diferentes factores que explican el elevado interés del sector financiero mexicano por los canales digitales. En primer lugar, aunque en México la bancarización es muy baja (solo un 37% de la población), la penetración de teléfonos inteligentes es muy alta (86%), por lo que estos dispositivos serán un elemento clave para que una determinada parte de la población pueda acceder a servicios financieros. De hecho, más allá de la cuota de mercado que suponen estos segmentos, diversos estudios han planteado que la inclusión financiera es un elemento clave para reducir la poeza e impulsar el bienestar de la sociedad.
Pero además hay factores relacionados con la transformación digital que influyen de forma más inmediata en la competitividad, como la reducción de costes, la prevención del fraude online, el aumento de la confianza del usuario e incluso el cumplimiento de la normativa vigente, ya que identificar y verificar la identidad de los clientes, como requieren la normativa, es más fácil, rápido y cómodo para los usuarios si pueden hacerlo online, sin necesidad de desplazarse físicamente hasta una oficina. <>
La identidad digital financiera en México
La finalidad de la identidad digital financiera es facilitar las tareas de captación, gestión e interacción entre los usuarios y las entidades financieras. Para ello, la banca debe establecer mecanismos que garanticen cumplir con el estricto marco regulatorio de su sector, y por otra parte crear experiencias de usuario fáciles, naturales y dinámicas.
Sin embargo, según el estudio llevado a cabo por la consultora IDC en México soe el estado de madurez digital del sector financiero, solo el 20% de organizaciones entrevistadas cuentan con un proceso de validación de la identidad digital, aunque un 60% se encuentra en el camino de lograrlo.
Además, de las organizaciones que sí poseen un sistema de verificación de la identidad digital solo un 50% lo hace de forma semiautomática, y el 22,2% lo hace de forma manual.
Esto muestra que el sector todavía debe vencer algunas barreras. Según el estudio de IDC mencionado, la principal es cultural: Un 47% de entidades considera que la cultura organizacional —una alta resistencia al cambio— es uno de los principales inhibidores en la implementación de estrategias digitales. <>
Beneficios de la validación de la identidad digital
<>A pesar de las barreras, los beneficios percibidos son mucho más fuertes, lo que seguirá impulsando la digitalización del sector. El principal beneficio que ven las entidades, por ser el más tangible, es la disminución del nivel del fraude online. Pero también tienen en cuenta otros beneficios, como el posicionamiento competitivo del mercado, el cumplimiento normativo, la mejora de la experiencia del usuario...
De hecho, las cifras que revela el estudio son muy claras: en el 2018 en México los clientes que interactúan por canales digitales aumentaron un 48%. Esto demuestra que los servicios financieros se irán tecnificando y orientando hacia experiencias digitales.
En este sentido, la verificación de la identidad digital será tanto un medio para conseguir una mayor bancarización, como una estrategia competitiva decisiva en el sector financiero mexicano.<>
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