Todos tenemos una identidad, una serie de rasgos que nos definen de forma única e inequívoca y nos diferencian de cualquier otro ser humano. En el mundo digital esto no cambia: Cada usuario, cada persona, responde a un conjunto de datos, actividad y comportamiento únicos en la red e indisociables de su yo físico.
El problema de la verificación de la identidad digital no se origina en la identidad en si, sino en los métodos y sistemas que se han estado utilizando hasta ahora. Por ejemplo, un usuario y un password no son suficientes para verificar la identidad de una persona, y además son datos que se pueden falsificar o robar con relativa facilidad.
Los sistemas de verificación de la identidad han evolucionado de forma espectacular en los últimos años, combinando diferentes métodos como la biometría, el análisis de redes sociales (SNA) o la geolocalización, entre otros, para conseguir una verificación cada vez más precisa. Es decir, hoy en día tenemos la capacidad tecnológica de conectar todo el contexto que identifica a una persona en internet.
Pero la identidad digital única va mucho más allá. Los proyectos para crear una identidad única para todas las personas de un país o región tienen el potencial de cambiar la sociedad y la economía a un profundo nivel. Yendo un paso más allá, el futuro pasará por crear un sistema de verificación de la identidad digital universal, válido para cualquier persona en cualquier lugar del mundo.
¿En qué punto nos encontramos? Actualmente se están desarrollando diferentes proyectos para dotar a las personas de una identidad única, lo que para nosotros es el primer paso para la futura identidad digital única universal.
Swiss ID<>Suiza ha promovido la creación de una identidad digital única para sus ciudadanos, la Swiss ID, que les permite realizar operaciones en Internet, como comprar online, reservar vuelos u hoteles o realizar transacciones bancarias, con un único perfil digital.
La ventaja de este proyecto es que cuenta con el apoyo de nueve grandes compañías, que tienen como usuarios en conjunto a tres cuartas partes de la población del país, por lo que la aceptación del nuevo sistema se prevé que sea mucho más fácil.
Además, el papel del gobierno está siendo crucial en el desarrollo del proyecto, ya que certificará la identidad de los usuarios y está previsto que a mediados de 2018 cambie la legislación vigente para hacer posible este nuevo sistema.
En este caso, la implicación del gobierno y de grandes empresas y corporaciones que tratan con grandes bases de datos de usuarios está sido esencial para agilizar el proyecto, especialmente la predisposición a cambiar la legislación para adaptarla al nuevo escenario digital.
Big Bet<>La iniciativa Big Bet «A Unique Digital Identity for All» que están llevando a cabo en la India Nandan Nilekani y Varad Pande tiene incluso mayores implicaciones sociales. Se estima que, solo en este país, el sistema de identidad digital única beneficiará a billones de personas, permitiéndoles demostrar su identidad para acceder a servicios básicos como la sanidad, las ayudas públicas, o simplemente para air una cuenta bancaria.
En este caso, la identidad digital única no solo facilita y hace más segura la operativa en internet, sino que tiene un trasfondo social, ya que da visibilidad a millones de personas que, hasta el momento, eran invisibles para el sistema, a la vez que constituye una herramienta de inclusión social y de lucha contra la corrupción.
Una gran ventaja de este modelo es que es escalable, gracias en gran parte a la democratización de la tecnología —los móviles son cada vez más económicos y hay mayor acceso a la conexión a Internet—, y a la madurez de las tecnologías biométricas.
ID2020<>En un marco más global, el de los Sustainable Development Goals (2015-2030), el proyecto ID2020 responde al reto de mejorar las condiciones de vida de millones de personas en todo el mundo a través de la identidad digital.
Esta alianza, que incluye gobiernos, ONG y entidades del sector privado, entiende la identidad digital no solo como una facilidad o mejora de la operativa digital, sino como la respuesta a un derecho humano fundamental, el de ser reconocidos como personas ante la ley en cualquier lugar.
La identidad digital que se plantea supondrás una mejora en las condiciones económicas y sociales de muchos países, además de un factor clave en el desarrollo sostenible a nivel global.
Así, no debemos asociar el concepto de identidad digital solo a facilidad, comodidad o incluso seguridad. Va mucho más allá. Jugará un papel esencial en el desarrollo social y económico a nivel mundial.