La normativa KYC, siglas en inglés de 'Conoce a Tu Cliente', tiene su origen en la lucha contra el blanqueo de capitales, es decir, el dinero ilícito que proviene del terrorismo, el crimen organizado o el narcotráfico.
Pero con el uso cada vez más frecuente de Internet y las nuevas tecnologías para realizar consultas y transacciones financieras, los procesos KYC han adquirido otra función: evitar el fraude online.
Así, un proceso que a veces se percibe como molesto por parte del usuario, a quién no le gusta proporcionar una y otra vez sus datos, es cada vez más necesario en el contexto digital. Pero, ¿en qué consiste exactamente el proceso de KYC y qué podemos hacer para mejorarlo?
¿En qué consiste la normativa Know Your Customer?
Se trata de un proceso de identificación del cliente que incluye, de forma orientativa, la compilación y análisis de documentos de identificación, la verificación de los datos contrastándolos con bases de datos de terceros, la creación de una previsión del patrón de comportamiento del usuario y la monitorización de este comportamiento para ver si es coherente.
Pero además de la identificación documental, y el posterior seguimiento del comportamiento, hace falta una identificación real de la persona que, por ejemplo, ae una cuenta bancaria; o en el caso de que la aa una sociedad, hay que saber quién se encuentra realmente detrás de esta.
Así, es fácil deducir que, además de servir para luchar contra el blanqueo de capitales, la verificación de la identidad real del usuario es clave para evitar el fraude online.
Los datos del fraude online en Europa
Según un estudio realizado recientemente por Forrester Consulting, el 39% de empresas analizadas —ubicadas en Europa, Oriente Medio y África— vieron aumentadas sus pérdidas por actos fraudulentos en 2016. En el caso de países como España e Italia el porcentaje aumenta hasta el 45%.
Y no hay que perder de vista que el fraude online perjudica tanto al usuario como a la empresa: La pérdida de confianza tiene tanto impacto como la pérdida económica directa.
El proceso actual de Know Your Customer
Según un artículo de Dubois, Heckman y Vansimpsen, el proceso actual de KYC es «altamente redundante e ineficiente, lo que se traduce en bastantes puntos de fricción».
Esto hace que la experiencia del usuario sea bastante poe, ya que se ve obligado a proporcionar una y otra vez la misma documentación con cada proceso de registro. A la vez, los costes operacionales suelen ser bastante elevados para las empresas. <>
¿Cómo podemos mejorar el proceso KYC?
Por suerte la tecnología actual nos permite, cada vez de forma más eficiente, mejorar estos procesos en tres áreas:
- Seguridad: más allá de la optimización de los procesos actuales, la tecnología blockchain permitirá gestionar nuestras identidades digitales como nodos de una red común y, gracias a los mecanismos de encriptación, conseguir que sea imposible manipular los datos.
- <>
- Velocidad: la completa digitalización de los procesos de onboarding los hará significativamente más eficientes, lo que incrementará las ratios de conversión.
- <>
- Alcance: no solo evitará el fraude online, sino que proporcionará a empresas y entidades un mejor conocimiento de su cliente, lo que le permitirá mejorar su experiencia.
En resumen, el proceso de KYC, que nació con un propósito más específico, tiene ahora un papel destacado en la digitalización de los procesos de onboarding para el sector financiero.
Además, el uso de tecnologías blockchain, machine learning e inteligencia artificial nos permitirán, esperamos, llegar a procesos totalmente automáticos y que permitan el intercambio seguro de datos entre entidades para identificar mejor y de forma más inequívoca a la persona, a la vez que se realizan transacciones más simples, rápidas y seguras.
¿Quieres saber cómo afecta la regulación normativa a la verificación de la identidad digital?
Descarga el Whitepaper sobre el futuro de la identidad digital