¿Qué pasa con el Metaverso?

May 17, 2022

El Metaverso, ¿futuro de la tecnología y de las relaciones interpersonales digitales, simple pasatiempo o moda efímera? Seguramente es lo que muchas personas y empresas se están preguntando. Para intentar dar respuesta a esta pregunta, Global LegalTech Hub ha organizado una mesa redonda, «What about Metaverse?» donde varios expertos dan su punto de vista.

La mesa ha contado con la participación de Joaquin Matinero, Blockchain Associate en Roca Junyent; Megan Gordon, L&DR Partner en Clifford Chance; Carlos Escapada, PyTorch Global BD Manager en Facebook AI; y Stephen Ritter, Chief Technology Officer en Mitek Systems.

 

¿Cuál es el papel que Meta va a tener en el metaverso?

Según Carlos Escapa, Meta va a proporcionar soluciones y partnerships que sustituirán muchos de los softwares actuales. Es decir, será a la vez un proveedor de tecnología y una plataforma, pero lo más destacado es que lo hará de una forma inmersiva, entre otras cosas enriqueciendo la forma en la que las empresas interactúan con su público.

Por otra parte, al ser un concepto nuevo y un sistema en construcción, la gente a menudo confunde Meta y metaverso: Meta es el nombre de la empresa, mientras que metaverso es el nombre del concepto que sustituirá muchas de las formas en las que interactuamos online.

¿Cuáles son las implicaciones legales del metaverso?

Según Megan Gordon, lo que está claro es que el metaverso ha llegado para quedarse, y lo hace sobre una cierta base: Los juegos online y las criptomonedas nos han introducido en el concepto de pagar «dinero real» por ítems virtuales, lo que ha empezado a desdibujar las fronteras entre la realidad física y la virtual y ha sentado las bases del metaverso.

Sin embargo, hay ciertos temas legales que se deben tener en cuenta, para empezar con las trademarks, como se ha visto con el reciente caso de MetaBirkin y Hermes, donde este último demandó a un artista digital por realizar una imitación de su bolso Birkin mediante la emisión de tokens no fungibles MetaBirkin ("NFT"). Y pueden surgir otros problemas relacionados con los crímenes financieros y la privacidad de los datos. Ahora mismo, hay muchas incógnitas no solo respecto a qué está regulado y qué no, sino incluso qué jurisdicción y de qué país se aplica cuando surge un problema legal en un entorno virtual sin fronteras físicas.

Pero para Gordon, la pregunta más interesante es qué aspecto va a tener el metaverso en términos de interoperabilidad y datos, es decir, si será como una web 3.0 basada en blockchain, o bien va a haber unas grandes empresas que controlen el entorno con sus plataformas. ¿Estamos quizás ante un escenario como el de Ready Player One?

¿Cómo se construirá la identidad digital en el metaverso?

Otro de los aspectos clave es cómo se conectarán las personas al metaverso y cómo se identificarán. ¿Nuestra identidad en el metaverso será la misma que nuestra «identidad real»? Según Stephen Ritter, la posibilidad del anonimato en el entorno correcto es muy poderosa, así que una de las claves será cómo requerir la suficiente identificación para cada tipo de interacción. Por suerte, ya hay muchas herramientas que nos permitirán realizar esta identificación a diferentes niveles.

Por otra parte, la descentralización es una tendencia fascinante que lleva a pensar que habrá un multi-metaverso, y no solo un posible escenario de juego. Así, la pregunta no es solo cómo crearemos identidades digitales con el nivel correcto de garantías, sino cómo estas identidades se moverán a través de los diferentes metaversos.

Mariona Campmany, Digital Identity and Innovation Lead en Mitek System, comenta en un artículo que «la identidad en el metaverso debería considerarse casi como un código genético que confirma la identidad biológica», es decir, que permita movernos a través de diferentes entornos dentro del metaverso utilizando un alter ego de pleno derecho, lo que se podría conseguir con los NFT.

Campany indica en otro artículo que el concepto del yo y la identidad en el mundo digital desdibujan nuestra idea sobre quiénes somos realmente y qué significa ser nosotros mismos en el entorno virtual. Lo razonable es pensar que necesitamos algún tipo de identidad interoperable, como un pasaporte, que podamos usar en múltiples configuraciones digitales para demostrar quiénes somos.

¿Están las personas preparadas para vivir en diferentes mundos paralelos?

El tema de la construcción de la identidad digital lleva a la siguiente pregunta, sobre si las personas realmente están preparadas para vivir y moverse entre diferentes mundos virtuales además del real. Carlos Escapada comenta que el concepto de metaverso todavía se está definiendo, pero será un concepto que enriquecerá las relaciones digitales, en un entorno tridimensional y contextual que permitirá a las personas colaborar y coordinarse con más facilidad.

Será, en cualquier caso, algo progresivo y es difícil prever cómo tomará finalmente forma, aunque probablemente será un escenario fragmentado. Corea del Sur, el país actualmente más avanzado en la adopción del metaverso, tiene ya dos plataformas principales, Zepeto, totalmente digital, y ArcVerse, que combina el mundo virtual con el físico. Lo interesante de este punto es la implicación del gobierno coreano en la creación de estos nuevos ecosistemas, que lo ha enfocado como un fenómeno cultural.

El gaming y la interacción social son los dos principales impulsores de la adopción del metaverso, sin embargo, Carlos Escapada comenta que hay muchas grandes empresas que ya tienen presencia. Un ejemplo anecdótico de ello es el hecho de que esta tecnología se utiliza desde hace ya unos años para la rehabilitación de presos peligrosos, permitiendo la interacción a distancia con un terapeuta. Sin embargo, todavía hay que definir qué espacios son seguros para que la gente pueda interactuar, como muestra Kate Snow en su informe sobre los «lugares oscuros» que están surgiendo en el metaverso.

Otra cuestión que comenta Stephen Ritter es la diversidad en el metaverso. En las tecnologías actuales ya hemos visto algunos problemas con el sesgo de raza o género, y todavía hay que trabajar para que la tecnología sea totalmente inclusiva en este sentido, por no mencionar la división «digital», es decir, la desigualdad en el acceso a internet y a nuevas tecnologías no solo en diferentes países, sino entre diferentes clases sociales con desiguales recursos económicos.

Por otra parte, en lugares donde las personas no tienen fácil acceso a la banca tradicional, las fintech totalmente digitales se han convertido en una excelente opción, como ha sucedido con M-Pesa en Kenya. Pero, como apunta Megan Gordon, si nos movemos hacia un mundo cada vez más digital, ello requerirá cada vez más recursos como la electricidad que no son fáciles de producir para algunos países, por no mencionar la cuestión de la sostenibilidad.

¿Podrán robar nuestra identidad en este nuevo ecosistema?

La seguridad en el metaverso es uno de los puntos que más preocupa a los usuarios. Según Stephen Ritter, siendo realistas, no hay un 100% seguridad garantizada, por lo que inevitablemente habrá casos de fraude y otros delitos, pero la clave será detectarlos e identificarlos para combatirlos en la medida de lo posible. De hecho, ya hay herramientas y soluciones para ello en el entorno digital actual, y la biometría tendrá un papel esencial en esta lucha.

Respecto a la privacidad de los datos, Megan Gordon indica que no hay ningún entorno 100% seguro a nivel financiero y de datos. Pero ya hay iniciativas legales más agresivas que aumentan la protección del usuario, sus datos y su privacidad, como la GDPR en Europa, o las regulaciones leyes en China. Sin embargo, hay actualmente una cierta tensión entre la evolución de la tecnología y la capacidad de la legislación para regularla. Pero a medida que más y más servicios financieros se extiendan al metaverso, la legislación deberá cubrir también estos supuestos.

Escapada apunta una idea interesante, el fenómeno analizado por el filósofo francés Alain Damasio: A medida que las personas se hacen mayores, la balanza entre seguridad y libertad se inclina cada vez más hacia la primera, especialmente en Europa. 

¿Es el metaverso una amenaza o una mejor alternativa?

Según Stephen Ritter, el metaverso, de la misma forma que las criptomonedas, se percibe una amenaza para los gobiernos y las entidades tradicionales en el sentido de que suponen una descentralización y, por lo tanto, una pérdida del control de la información de las personas. Habrá seguramente un estira y afloja por controlar toda la información que se genera en estos entornos.

Como resumen general, la aproximación tanto de Megan Gordon como de Stephen Ritter al metaverso es de cauteloso optimismo, ya que valoran muy positivamente las ventajas que aporta, pero consideran que hay mucho trabajo por hacer para convertirlo en un entorno seguro y con una amplia adopción. Carlos Escapada considera en este sentido que la implicación de los gobiernos será esencial para regular y consolidar este entorno, que no controlarlo, aunque de momento no están mostrando un interés real. Let's wait and see!