Uno de los aspectos que más dudas genera sobre el Metaverso es hasta qué punto está regulado, es decir, hasta qué punto los usuarios y empresas que tienen perfil en el Metaverso están legalmente protegidos. Para dar respuesta a las múltiples preguntas sobre este tema, Global LegalTech Hub ha organizado una nueva #GLTHtable, «Metaverse legaltech tomorrow» donde varios expertos debaten sobre estas cuestiones.
La mesa ha contado con la participación de Joaquin Matinero, Blockchain Associate en Roca Junyent; Mariona Campmany, Digital Lead Innovator en Mitek; Isabelle Hupont, Scientific Project Officer en la European Comission; y Mónica Rodríguez, Legal Operations and Transformation Services en KPMG Spain.
El Metaverso es todavía ese gran desconocido, pero muchos expertos consideran que no se trata de una moda pasajera, sino que es un concepto, un espacio, que ha llegado para quedarse. Sin embargo, ¿Qué posibilidades tiene para pequeñas y grandes empresas, y cómo pueden estructurar estas su presencia en el Metaverso?
Según Mónica Rodríguez, no se trata tanto de la forma, ya que no hay una sola, sino del momento, y ahora es un momento perfecto para empezar a probar y experimentar con este nuevo entorno. Recomienda empezar por un asesoramiento legal estratégico que nos permita detectar las mejores oportunidades de negocio. Lo siguiente será identificar la plataforma o plataformas más adecuadas para conseguir nuestros objetivos, como Decentraland o Roblox. También es importante, durante el desarrollo tecnológico de nuestra presencia, tener en cuenta los aspectos legales, para no tener problemas a medio o largo plazo con nuestra inversión: condiciones de la plataforma, NFTs, protección de elementos de marca como el avatar, protección de datos...
Otra cuestión planteada es el papel de las diferentes tecnologías, ya sea la inteligencia artificial u otras nuevas que puedan surgir. De acuerdo con Isabelle Hupont, es muy difícil saber cómo evolucionará la tecnología, solo se pueden hacer suposiciones; al final, estamos hablando de realidades mezcladas, realidades virtuales, entornos inmersivos..., que se traducen en datos, y estos datos son la materia prima de la inteligencia artificial. La expectativa es que los datos impulsados por el uso del Metaverso aumenten hasta 20 veces en los próximos 10 años, pero la gran pregunta es qué tipo de datos y de información se generará, y si podremos utilizar estos datos, junto con los datos del mundo real, para entrenar nuevos algoritmos de inteligencia artificial.
Entre toda esta incertidumbre, sigue habiendo la necesidad de identificar a las personas que hay detrás de las identidades creadas, es decir, de los datos. Para Mariona Campmany, la comunicación con avatares o perfiles del Metaverso solo puede funcionar si estamos seguros de que detrás hay una persona real y de que la información que nos transmite es veraz. La idea sería que cada persona tuviese un nivel de interoperabilidad con su "gemelo digital" del Metaverso, es decir, una sola identidad para cualquier actividad que llevemos a cabo en el mundo digital.
Esto nos hace volver al tema central del evento: ¿Cómo estos nuevos paradigmas se pueden regular a nivel legal? Isabelle Hupont indica que es muy complicado regular estas nuevas tecnologías y entornos, ya que evolucionan muy rápidamente. Europa es el primer continente que ha empezado a trabajar en una regulación más completa de la inteligencia artificial, The AI Act, que de hecho no regula la tecnología en si sino la intencionalidad de uso de la tecnología. La mayor parte de la regulación actual se centra en el mundo físico, y alguna, como la Digital Services Act, regula grandes plataformas online, pero hace falta una cobertura mayor para todo el cybermundo.
Según Mariona Campmany, los problemas actuales de internet, como la suplantación de identidad, el robo de credenciales o la ingeniería social también estarán presentes en el Metaverso.
Sin embargo, las diferentes expertas están de acuerdo en que no se puede regular la tecnología de antemano, es decir, hay que esperar a que se consolide mínimamente.
En este punto, surge una de las preguntas más frecuentes respecto al Metaverso: ¿Se trata de una moda pasajera, o el Metaverso ha llegado para quedarse? Aunque no se puede afirmar con certeza, Mónica Rodríguez se inclina hacia la segunda opción, a pesar de que todavía hay muchos retos tecnológicos que superar y que esto es solo el principio de los mundos virtuales. Mariona Campmany añade que, según varios expertos y analistas, en 10 años se espera que haya muchísimas personas que pasen horas al día en el Metaverso, una predicción con mucho sentido si tenemos en cuenta la cantidad de experiencias inmersivas y actividad que llevamos a cabo hoy en día de forma 100% digital. Un ejemplo muy claro de ello sería el que comenta Isabelle Hupont, el uso de experiencias inmersivas en el tratamiento de fobias u otros problemas psicológicos.
Otro aspecto a comentar ha sido la seguridad en el Metaverso. ¿Qué pasa si alguien intenta robar nuestro dinero o nuestra identidad? Mariona Campmany indica que hay varios riesgos que hay que afrontar en el Metaverso, como por ejemplo la privacidad de los datos y la ciberseguridad. Para Mariona, actualmente nada garantiza la seguridad al 100%, pero sí que hay soluciones que nos den un elevado nivel de seguridad, y pasan por la verificación de la identidad digital de las personas. Al final, la seguridad del Metaverso está unida a la seguridad en internet, por lo que habrá una migración de soluciones actuales al Metaverso para ayudar a garantizar la seguridad.
Por otra parte, Mónica Rodríguez comenta que muchas de las normas legales actuales del mundo físico se aplicarán al Metaverso, pero muchas otras tendrán que adaptarse, y esta parte es la que está todavía por acabar de definir.
Para Isabelle Hupont, la clave es no repetir los errores del pasado, por ejemplo, con la aparición de la IA, donde todos los esfuerzos se centraron en regular la tecnología y los algoritmos, y se dejaron de lado los aspectos éticos. Según Hupont, se debe empezar precisamente por regular los aspectos éticos de cualquier entorno digital, como la inclusividad o la no discriminación.
El siguiente punto comentado es el papel de los NFC, que para Mariona Campmany actúan como un garante descentralizado de la propiedad digital basado en blockchain de activos no físicos, y podrían utilizarse para demostrar la identidad digital.
La gran pregunta, llegados a este punto, es si será posible vivir completamente fuera del Metaverso, es decir, sin tener presencia de una forma u otra en este entorno digital. Según Mónica Rodríguez, dependerá de la persona y el sector, se podría establecer una clara analogía con la presencia actual de internet de las personas: ¿Podemos vivir sin internet? De todas formas, la necesidad de estar en el Metaverso todavía está muy lejos.
Una última pregunta: ¿Qué sería lo primero que haríais en el Metaverso?
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